La Isla de Pascua es un lugar mágico, lleno de leyendas y misterios que a día de hoy todavía no se han desvelado…pero además sus paisajes salpicados de moái son de una belleza inigualable. Lo nuestro fue amor a primera vista. En este artículo os contamos qué ver y hacer en este lugar maravilloso, a través de nuestra experiencia de 5 días en la Isla. 

Situada en medio del Océano Pacífico, a más de 3500km del continente, está considerada territorio chileno, aunque pertenece al continente Oceánico. Su situación aislada permitió que se desarrollara una cultura totalmente diferente del resto del mundo. Uno de los grandes misterios que alberga la isla es la de su población, de dónde provienen. Las investigaciones arqueológicas dicen que podrían tener su origen en la Polinesia, pero en algunas de sus construcciones también se aprecian influencias incas.

Los moái (en rapa nui  significa «para que exista») que se encuentran por toda la isla simbolizan a los antepasados de las tribus. Al morir un personaje destacado en su honor erigían un moái sobre el Ahu o altar. Estas esculturas daban «mana» o poder espiritual para la tribu: más moai, más poder.

Tampoco se sabe con certeza qué pasó en la crisis que hubo entre el siglo XVI y XVII, pudo ser debida a una sobrepoblación o a la deforestación de la isla al tallar los árboles para el transporte de los moái, en una competición de poder entre tribus. Esta crisis según nos contaron en la isla desató una guerra civil entre los Hanau Momoko (Orejas cortas) y los Hanau Eepe (Orejas largas), teniendo como consecuencia la destrucción y derribo de los altares ceremoniales  y los moái. Esta guerra desembocó en una hambruna y algunos dicen que fue tan grave que se llegó al canibalismo.

Estos hechos dieron comienzo a un nuevo rito ceremonial: el Tangat manu (Hombre-Pájaro), donde se competía por ser el primero en traer el primer huevo del manu tara (gaviotín pascuense), que anidaban en los islotes cercanos (Motu Nui, Iti y Kao kao). El que lo conseguía era considerado el líder de la isla durante un año.

Con toda esta historia de trasfondo, contada muy a grosso modo, os podéis imaginar las expectativas que teníamos de descubrir la Isla de Pascua!!

Pasamos 5 días recorriendo la isla y os aseguramos que nos quedamos con ganas de más. Tuvimos muchísima suerte, ya que Manuel, chileno de nacimiento pero rapa nui de corazón, nos acogió en su casa e hizo que nuestro paso por la isla de Pascua fuera, si cabe, más especial. Nos llevó de ruta y nos enseñó muchos de los lugares que os vamos a enseñar a continuación.

Pero id con cuidado…puede que al terminar  de leer sintáis unas ganas irrefrenables de comprar unos vuelos hasta allí!! 😉

Día 1

Alquilamos un coche durante dos días y después fuimos a comprar las entradas para los yacimientos arqueológicos. Visitamos:

• Vinapu: es un complejo formado por varios altares, donde destaca uno en concreto, el conocido como muro inca. este muro que forma parte del Ahu Tahira está hecho con técnicas características de la cultura inca, de ahí que se diga que la cultura Rapa Nui tuvo contactos con ellos. Además, en este complejo hay también una columna de escoria roja (material con el que se construían los pukaos o sombreros) que es un moái femenino, uno de los pocos que existen.

• Playa de Ovahe: no tan famosa como la playa de Anakena pero igual o más bonita…esta playa de arena rosada contrasta con las rocas negras volcánicas y sus aguas turquesas. Debido a la falta de señalización y dificultad de acceso es una playa casi virgen en la que no suele haber aglomeraciones de turistas. Nosotros estuvimos prácticamente solos.

• Volcán Rano Raraku: este volcán es la cantera donde se esculpían los moái. Es uno de los lugares más espectaculares de la isla, y donde se pueden ver 397 moái en diferentes fases de elaboración. Parece que los escultores hubieran abandonado el lugar de repente. Todavía sin terminar se encuentra el moái más grande de toda la isla, nada más y  nada menos que 21m de altura!  También encontramos al moái Tukutori, el único arrodillado con rasgos más humanos. Además se puede visitar el cráter del volcán con un diámetro de 650m, situado a la izquierda del recorrido.

• Atardecer en Ahu Tahai: uno de los mejores lugares para terminar el día es junto al Ahu Tahai y así se puede disfrutar de un atardecer de los no se olvidan. El sol se pone justo por detrás del altar, dejando unas vistas alucinantes.  Está compuesto por tres plataformas (Ahu Vai Uri con 5 moái, Ahu Tahai con un único moái bastante erosionado y Ahu Ko Te Riku también con un moái pero este muy bien conservado y con una réplica de los ojos hechos en base a uno hallado en la playa de Anakena).

Día 2

• Paseo por la costa: seguimos visitando la isla en coche, llegando hasta la costa donde Manuel nos enseñó unas piedras donde por efecto de la fuerza del agua salía como si fueran géisers! También nos enseñó un pequeño agujero donde había restos de huesos… ¿serían restos humanos?

• Ceremonia funeral: a medio día nos encontramos a una multitud de gente reunida cuando íbamos de camino a Akahanga, se trataba de un funeral, y Manuel nos invitó a participar, mostrando siempre nuestro respeto. En la isla un funeral se celebra reuniendo a la gente de la comunidad para ofrecer una misa y después, un banquete en honor al difunto. Participamos de la ceremonia y probamos los platos preparados para la ocasión, carne asada bajo tierra, ensaladas, verduras…todo un festín.

• Akahanga: aquí se encuentran los restos de lo que fue una pequeña aldea, con hornos de piedra y una pequeña cueva que servía de refugio a los pescadores. Además de poder ver lo que queda de las estructuras de las casas o hae parenga, con forma elíptica que recuerda a un barco, también está la plataforma Ahu Akahanga, con sus moái derribados tanto boca arriba como boca abajo, curioso ya que todos los demás moái derribados están boca abajo. En este lugar cuenta la tradición oral que descansa el primer rey de la isla, el ariki Hotu Matu’a.

• Ahu Tongariki: ubicado cerca de la cantera Rano Raraku, es la plataforma más impresionante de toda la isla. Con sus 15 moái, es toda una exibición del máximo esplendor de la época escultórica de la isla. Con una plataforma de 220m de longitud, es la estructura más grande de este tipo en toda la Polinesia. Todas las esculturas son diferentes, siendo la más grande de 14m de altura, con su pukao (tocado o sombrero). El Ahu Tongariki ha sido restaurado varias veces, después de que sus moái fueran derribados en algún momento de su historia, y además en 1960 un terremoto en la costa chilena provocó un tsunami con olas de 11m que arrastraron a los moái de esta plataforma 100m tierra adentro.

• Anakena: lo último que visitamos este día fue la playa Anakena… podéis imaginar el recuerdo que nos llevamos de este lugar que a a la vuelta adoptamos una perrita y la llamamos Anakena! Playa de arena fina, rodeada de palmeras, con montes verdes y el agua azul intenso…y todo ello con los vigilantes moái del Ahu Nau Nau y Ahu Ature Huki enmarcando el paisaje. Pero no sólo es una playa paradisíaca, también es donde todo comenzó, este lugar es considerado la cuna de la cultura Rapa Nui, ya que fue aquí donde el primer ariki Hotu Matu’a desembarcó con sus hombres y estableció el primer poblado. Además, en ella se hallaron dos piezas únicas: un moái femenino, y un ojo de coral, que se encuentran en el museo antropológico Sebastian Englert.

Como podéis comprobar, hay mucho que ver en la Isla de Pascua! Estos son nuestro primeros dos días, y todavía nos quedan tres más, pero os los contaremos en el siguiente post.

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