La Paz y Tiwanaku

Después de pasar tres días recorriendo el Salar de Uyuni, al sur de Bolivia, nos subimos a un bus nocturno para continuar nuestro viaje hasta La Paz, pero no fue un viaje cualquiera. En general, en nuestros 7 meses por América, cada vez que subimos a un autobús era una ruleta de la suerte, te podía tocar frío glaciar, calor infernal, musicón… pero en este trayecto nos tocó el combo: musicón, asiento bailarín y el plus de «modo aventura». Os explico…
La Paz y Tiwanaku, Bolivia
Vistas de La Paz desde Lo Alto
El autobús era nocturno, 9h de trayecto entre Uyuni y La Paz, y al subir vimos al conductor…rozando la mayoría de edad, con su bolo de hojas de coca, su gorra y su adorable perrito. Al arrancar nos puso su música favorita, reggaeton, así, bien fuerte para que todos apreciáramos los matices de esta música. Salimos de la estación de autobuses de Uyuni, junto con otros autobuses, por unos caminos sin asfaltar… donde descubrí que mi asiento no se podía resistir a seguir el ritmo de la música. Además, el conductor decidió poner en ON el «Modo Aventura», iniciando una carrera con otro bus!! Hasta algún que otro derrape tuvimos. Tras unos minutos de tensión y algún que otro ¡ay, que esta no la cuento! el otro autobús se desvió y nosotros seguimos ya por asfalto dirección a la capital boliviana. Pero el Modo Aventura da para mucho más, y cuando pensábamos que todo estaba en calma y le habíamos cogido el gusto al musicón, el autobús se detuvo. Serían las 2:30 de la madrugada cuando nos informaron, después de mucho insistir, de que necesitábamos cambiar de autobús porque íbamos ¡¡sin frenos!! Frenos, algo totalmente sobrevalorado…ya que llevábamos más de 5 horas de trayecto!
 
Media hora de espera, y finalmente llegó otro autobús, subimos, comprobamos que el asiento no se movía, nos acomodamos, nos pusimos los tapones en las orejas y cerramos los ojos. Al abrirlos estábamos llegando a La Paz a las 5:30 de la mañana, bajo el diluvio universal! De noche, lloviendo, todo cerrado…pero lo importante es que habíamos llegado!! Nosotros siempre positivos 😉
 
Nos esperamos una hora y media en la estación de autobuses, sentados en el suelo esperando a que dejara de llover, y al parar un poco nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, a la avenida Illampu, donde encontramos un hotel muy céntrico y a buen precio (30€ tres noches, dos personas), el hotel Continental. 
 
Os podéis imaginar qué hicimos esa mañana… dormir, ducha, comer algo, dormir un poco más… estábamos destruidos!! Ya por la tarde empezamos a revivir y reunimos la energía suficiente para salir a explorar La Paz. Y esto no es cualquier cosa, porque andar por las calles de esta ciudad puede ser agotador, hay muchas cuestas, y debido a la altitud (entre 3000 msnm y 4100 msnm en sus puntos más altos) cada paso requiere un esfuerzo.
 
Nuestra primera parada fue la calle de las Brujas, una calle muy curiosa donde se pueden encontrar tratamientos alternativos para echar el mal de ojo a alguien o atraer la suerte… Algunas tiendas tienen productos llamativos como calaveras, o fetos de llamas disecados…bastante repugnante la verdad.
Seguimos andando por las calles del centro, encontrando muchas tiendecitas de ropa y de material de senderismo, mochilas, chubasqueros, botas…un poco de todo. 
Llegamos hasta la Basílica de San Francisco, de estilo barroco y construida entre los siglos XVI y XVII . Está situada en la plaza con su mismo nombre, Plaza mayor de San Francisco. 
Antes de que anocheciera, nos fuimos a uno de los puntos, que para mi gusto, es el más bonito de la ciudad. Subimos al teleférico, abierto desde el año 2014, y llegamos al municipio de El Alto, que forma parte del área metropolitana de La Paz. 
Situada a 4070 msnm , es una de las ciudades habitadas más altas del mundo!! Las vistas desde allí son impresionantes!!
Desde esta altura se puede ver perfectamente la geografía de la ciudad, rodeada de montañas. Si las nubes lo permiten también se puede ver fácilmente el Illimani, la mayor cumbre de la Cordillera Real (aparece en la primera fotografía de este post).
 
Volvimos al centro de la ciudad y en nuestra calle encontramos una pizzeria que nos supo a gloria!! No sé si fue que teníamos hambre, el tiempo que hacía que no comíamos una pizza…pero estaba deliciosa! Por si os apetece cambiar de tipo de comida si lleváis tiempo por Bolivia…se llamaba Mozzarella,en el número 757 de la calle Illampu 😉
 
Al día siguiente contratamos una excursión con una de las agencias que hay en la misma calle Illampu, había varias opciones de excursiones para pasar el día: el Valle de la Luna, el camino de la Muerte y Tiwanaku. El valle de la luna, aunque interesante ver ese paisaje, ya habíamos estado en Atacama y Uyuni, así que teniendo sólo un día preferimos elegir algo diferente. A mí me hubiera encantado hacer el descenso el bicicleta por el camino de la muerte, pero es verdad que Ed no estaba en su mejor momento debido a problemas estomacales, y no estaba para estos trotes… Así que por mayoría decidimos ir a las ruinas de Tiwanaku.
Esta antigua ciudad en ruinas está situada a 15km del lago Titicaca y a 70km de La Paz. Según estudios recientes la cultura Tihuanaco se inició entre los años 900 y 800 a.C., siendo una de las cultura más longevas de América del Sur.
 
Entre todas las ruinas de la antigua capital de esta cultura destacan sus monolitos representando a deidades, y a los que se les ha puesto el nombre de la persona que los desenterró! Monolito Ponce o Bennett son un ejemplo de este hecho. Este último monolito no se podía fotografiar, pero está a buen recaudo en el interior del museo de arqueología del complejo de Tiwanaku, y es el más grande de todos, midiendo 7,30 metros de altura! Estuvo expuesto en una plaza de La Paz, pero después de unos altercados donde un disparo alcanzó el monolito se decidió poner una réplica en su lugar y resguardar el original en este museo.
También nos llamaron la atención las esculturas con forma de cabeza, incrustadas alrededor del muro que rodea uno de los monolitos. Algunas de ellas están muy deterioradas, pero en otras se siguen apreciando todos los detalles.
Y el monumento más importante es la puerta del Sol. Esta puerta se piensa que formaba parte de otra estructura más grande, debido a los agujeros que tiene que podrían ser para unos travesaños. Mide 3m de alto por 4 de ancho, y pesa unas 10 toneladas.
En el centro de la puerta destaca la figura de un personaje en alto relieve, se trata del Señor de los Báculos, y a su alrededor hay otras 48 figuras esculpidas en bajo relieve
Después del recorrido fuimos a comer a un lugar ya pactado de antemano con la agencia para todo el grupo, y no fue muy allá, aunque probamos la trucha del lago Titicaca, como curiosidad! Después de comer fuimos al museo arqueológico donde vimos restos de la cultura Tihuanaco como vasijas o el monolito Bennett.  
Volvimos a La Paz y por la noche Ed se aventuró a un ver un show muy turístico…llamado «Fighting Cholitas». Las cholitas son las mujeres bolivianas que van vestidas con sus trajes tradicionales, trenzas y su característico bombín. 
En este show lo que hacen es pelear entre ellas…al puro estilo pressing catch!! Es otra opción que ofrece la ciudad para quien le guste este tipo de cosas, yo preferí volver a cenar una deliciosa pizza y descansar!! 😉
A Ed le gustó mucho, me contó que era en plan muy cómico, y que te reías mucho. 
Al día siguiente salimos bien temprano en un autobús hacia el norte del país, a Copacabana para llegar a la Isla del Sol, en el lago Titicaca!! Os lo contamos todo en el siguiente post 😉
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