¿Estás planificando tus próximas vacaciones? ¿Te vas con tu pareja? ¿Es la primera vez que viajáis juntos? Qué romántico…pasar los próximos días juntitos, 24 horas al día con esa persona que quieres, descubriendo lugares increíbles. Suena bien, ¿verdad? Pero no es oro todo lo que reluce, y hacer un viaje acompañado no es fácil. Son dos personas, dos gustos, dos necesidades y dos formas de ver la vida.
Por muy bien que te lleves con tu pareja hacer un viaje con ella puede pasar factura a vuestra relación, incluso acabar con ella. Las estadísticas lo confirman, después de las vacaciones aumentan las rupturas, porque no es lo mismo vivir el día a día, la rutina, con tu trabajo y tu independencia a estar las 24 horas del día juntos tomando decisiones de dónde ir, qué hacer, en qué gastar dinero… y os lo decimos nosotros que lo hemos vivido en primera persona, pasando 207 días uno pegado al otro.
Y ¿qué pasó en estos 7 meses juntos? Hubo días buenos, días no tan buenos y días que jamás olvidaremos, como Ed arrodillándose al subir las escaleras de la película de Rocky, en Philadelphia, pidiéndome la mano. Supongo que pensó que si me había aguantado 7 meses día y noche, me podría aguantar toda la vida! XD
Hoy, todo lo que pasamos y que aprendimos lo queremos compartir con vosotros para que vuestras próximas vacaciones con vuestra pareja sea una experiencia inolvidable. Aquí os dejamos las situaciones que nos crearon conflictos, cómo las afrontamos y algunos consejos a tener en cuenta.
Viaje de prueba
Os aconsejamos hacer una prueba a pequeña escala de vuestro viaje, para ver si la cosa funciona. Si estás planeando un mes en Tailandia, y nunca antes has viajado con esa persona, vete primero una semana con tu pareja a algún lugar…porque si la cosa va mal en Tailandia, te quedará un largo mes por delante, y será un desastre! Ya no sólo por la pasta que te cuesta el viaje, sino porque el recuerdo que te llevarás del lugar va a ser de lo peor.
Nosotros, antes de emprender el gran viaje, nos planteamos hacer uno de prueba, ya que Ed y yo sólo llevábamos saliendo unos meses y acabábamos de comenzar a vivir juntos cuando decidimos hacer realidad nuestro sueño. Así que a conciencia de que sería duro afrontar un viaje tan largo sin haber viajado juntos antes, probamos con algo similar, pero a pequeña escala: el camino de Santiago. Nos fuimos una semana y allí experimentamos el cansancio agotador, horas y horas de caminar, 24 horas juntos… y bueno, la cosa fue muy bien y volvimos juntos.
¿Dónde vamos?
Decidir a dónde ir también puede crear conflicto… nosotros normalmente intentamos ir a países donde ninguno de los dos hayamos estado antes, o haga mucho tiempo que estuvimos. Así tiene la misma emoción para los dos y podemos descubrir el lugar juntos. Pero aún así, hay tantos lugares que es difícil decidirse, pero hay que llegar a un acuerdo. Una buena forma de decidirse es que cada uno haga una propuesta, y después ver qué se adapta mejor a estos tres factores fundamentales del viaje: el tiempo del que disponemos, el presupuesto y la climatología.
Para nuestro viaje por América teníamos tiempo, y el presupuesto estaba claro, pero… ¿por dónde empezamos? Nos decidimos a empezar por el sur ya que allí era verano, así podíamos pasar todo el viaje «persiguiendo» el verano! Más adelante fuimos avanzando por donde era más lógico, por la costa oeste, evitando países con conflictos. Aún así nos encontramos con lugares a los que queríamos ir pero no pudimos, por ejemplo, Costa Rica. Tuvimos que pasar de largo ya que era temporada de lluvias, y no tenía sentido pasar dos semanas allí, sin poder salir del Hostel. Por muchas ganas que tuviéramos la meteorología no nos acompañó, así que lo dejamos para otro viaje.
¿Me lo llevo o no me lo llevo?
Una vez decidido el destino, se acerca la fecha y hay que hacer las maletas o mochilas, dependiendo del tipo de viaje que sea. Es primordial viajar ligero, dejar todos los «por si acaso» en casa, y si después necesitas algo ya lo compras durante el viaje. Si llevas una mochila o maleta a reventar te será difícil moverte, transportarla y no podrás llevarte ningún recuerdo del lugar al que vayas.
Una vez hecha la selección de lo imprescindible hay que llegar a un acuerdo sobre quien lleva cada cosa…porque si su mochila es más grande, y te caben más cosas, lo lógico será que lleves algo más. Esto es así, somos un equipo y como equipo el que más pueda cargar debe contribuir llevando más peso.
Nosotros fuimos con mochilas, la mía era de 50 litros y la de Ed de 60 litros, pues lo lógico fue que Ed llevara algunas cosas comunes más que yo, ya que le cabían y podía cargar con ellas. No hubiera tenido sentido que yo llevara una mochila tan grande como lo suya, si yo mido 1,53m y él 1,82m !!
Uno de los objetos que nos llevó a discusión fue llevarnos una mosquitera. A día de hoy todavía no nos hemos puesto de acuerdo en si fue buena idea llevarla o no. Yo quise que cogerla, ya que soy irresistible para los mosquitos y encima me hacen reacción las picaduras. El pobre Ed cargó con ella todo el viaje, 7 meses…y tengo que reconocer que sólo la usamos en una ocasión. Pero aunque parezca que fue inútil llevarla, la vez que la usamos fue en Máncora, Perú, en un lugar infestado de mosquitos, en el que yo pasé dos días en cama por una intoxicación. Viéndolo así, no parece que fuera tan mala idea llevarla, no?
Tu el mapa y yo la cámara
Como pareja, os complementáis, a cada uno se le dan bien unas cosas que al otro no tanto, y esto es algo que hay que explotar durante el viaje. No hay que echarse en cara para nada que uno siempre hace una cosa y el otro no… porque se trata de eso, si a ti se te da bien hacer fotos, para qué las va a hacer él/ella si sabes que no le gusta o después le echarás la bronca porque te ha cortado medio cuerpo?!? Y si a él/ella se le da bien orientarse con un mapa, porque lo vas a hacer tú y acabar perdidos, cansados, y al final peleados?!?
Es fundamental hacer un reparto de tareas conociendo lo que se le da bien a cada uno. Algunas de las fundamentales en un viaje son: planificar qué se va a ver, orientarse con el mapa, hacer de relaciones públicas con la gente que se conozca, hacer de reportero para tener fotos o vídeos de esos momentos inolvidables, organizar donde se va a dormir cada noche…
Por ejemplo, nosotros durante el viaje muchas veces mientras Ed cocinaba y preparaba la cena (cosa que se le da muy bien) yo hacía las mochilas y organizaba el material fotográfico pasando las fotos al portátil (que a mí se me da bien). Y no hay que avergonzarse de que no se te de bien una cosa u otra, para eso vas con tu pareja, que es la persona que te ayuda a mejorar esas cosas en las que fallas. En un equipo cada uno tiene su función, y en un viaje es así.
Hablemos de sexo
Hablemos claro, el sexo es una parte muy importante de la relación, y es algo que no hay que descuidar en nuestro viaje. Igual crees que al estar de vacaciones tendrás más oportunidades de tener relaciones con tu pareja, pero todo dependerá del tipo de viaje que hagas. Si os vais de mochileros, con un presupuesto más bien bajo para poder hacer un viaje largo ya os adelantamos que la cosa se complica.
Hay dos inconvenientes que harán que no tengas tanto sexo como creerías: el cansancio y los lugares donde dormirás. Viajar, a no ser que se vaya a un resort todo incluido, es cansado, te pasas el día andando, y a veces cargando con la mochila, durmiendo en lugares no demasiado cómodos como sofás, colchones hinchables, o el suelo de una estación de autobús. Después de cargar con tu mochila de 10kg, y haber pateado la ciudad cuando llegas a la cama lo que quieres es descansar…
Nosotros además de hostales donde compartíamos la habitación con otra gente, también usamos Couchsurfing, donde dormíamos en casa de gente y que a veces no contábamos con una habitación propia, sino que dormíamos en el salón…por lo que privacidad cero. Para solucionarlo y que esto no nos pasara factura intentamos ir alternando, si nos quedábamos en casa de alguien, después buscábamos un hostel barato pero con habitación privada…además, también si habíamos pasado unos días sin parar, haciendo actividades agotadoras, después compensábamos pasando un día o dos más relajados.
Si fuéramos ricos…
Si fuéramos ricos, lo haríamos todo porque el dinero no sería un problema, pero cuando cuentas con un presupuesto limitado para ir del punto A al punto B…pues hay que organizarse y planificar en qué hay que gastar el dinero y en qué no se puede. Lo mejor antes de empezar el viaje es calcular el presupuesto del que se dispone sumando lo de los dos, es decir, hacer un presupuesto común, para no tener que ir calculando yo he gastado esto y me debes tanto…eso es un rollo. Además, ten en cuenta que siempre se acaba gastando más de lo que uno pensaba, así que deja algo de dinero de reserva por si surgen imprevistos o alguna actividad que realmente desees hacer.
Una vez se tiene un presupuesto común, hay que decidir en que se gasta entre los dos, ya que el dinero es de ambos. Aquí es fundamental ser flexible y razonable. Si vas a estar 5 meses de viaje no puedes vivir los 2 primeros a cuerpo de rey, porque después probablemente no podrás terminar tu viaje o tendrás que ponerte a trabajar por allí! El conflicto puede llegar cuando uno de los dos quiera realizar una actividad, o pasar por algún lugar que implique un gasto considerable, y el otro no esté de acuerdo. Aquí se tendrá que ver si realmente ese gasto se puede asumir, sin tener que variar vuestro objetivo (llegar al punto B) como se había planificado desde el principio.
También a veces se puede sacrificar una actividad por más comodidad en otro punto del viaje. A nosotros se nos quedaron muchas cosas por hacer por no disponer de tanto dinero, pero fueron cosas que no eran imprescindibles. Por ejemplo, en Calafate (Argentina) no te puedes ir sin ver el glaciar Perito Moreno. Nosotros fuimos, hicimos la excursión en barco, pero nos quedamos con ganas de hacer un hike sobre el glaciar. Era muchísimo más caro, y aunque hubiera sido una pasada lo importante fue poder ver el Perito Moreno, disfrutar de ese momento y poder avanzar en nuestro viaje.
Mata la rutina
Hay una frase que me encanta: «Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal». Y así es, la rutina es realmente peligrosa para la pareja, y dentro de un viaje largo se llega a instalar otro tipo de rutina. El viaje en sí crea otra rutina, pero que al fin y al cabo se convierte en hacer algo de forma repetitiva. No dejéis que esto ocurra!! Un viaje no puede caer en la rutina aunque sea de 7, 10 o 12 meses!! Se pueden organizar fiestas, conocer gente nueva, celebrar el «viajemes», incluso realizar actividades cotidianas que en un viaje se convierten en salir de la rutina: ir al cine, cortarse el pelo, hacerse un masaje, darse un homenaje en un restaurante especial…
Nosotros hicimos todas estas cosas, y además, a los 5 meses de estar viajando paramos en Roatán, Honduras, para hacer unas vacaciones de las vacaciones. Nos vino genial para recuperar fuerzas, después de haber estado durmiendo 2 o 3 días como máximo en la misma cama, estuvimos toda una semana disfrutando de esta isla en el Caribe. Para nosotros esto fue romper la rutina!
Para gustos…los colores
Por último, recordaros que aunque sois pareja no os tienen por qué gustar las mismas cosas al 100%. Está claro que tenéis cosas en común, pero puede llegar algún momento en el que uno quiera hacer una cosa y al otro no le apetezca. ¿Y sabéis qué? ¡No pasa nada! ¡Que esteis de viaje juntos no significa que no podáis hacer alguna que otra cosa separados! Hay momentos especiales que los querréis vivir juntos, y que son el propósito de vuestro viaje: llegar a Machu Picchu, bucear en las Galápagos o visitar la Isla de Pascua. Está claro que todo esto debéis hacerlo juntos, es lo que enriquece la pareja, vivir estas experiencias juntos. Pero el día a día, visitando una ciudad…si uno quiere pasarse 3 horas en el museo de historia y el otro prefiere estar paseando por las calles disfrutando del sol…bueno, pues se pone una hora y punto de encuentro y listo! Los dos contentos!
En algunos momentos hay que darse un poco de espacio, de independencia, darse la oportunidad de echar de menos al otro, y al volver a encontraros poder contaros lo que habéis descubierto!
En conclusión, viajar con tu pareja puede crear algunos conflictos durante el viaje pero nada que no se pueda solucionar si se tiene una base sólida y se es razonable. Para nosotros es la mejor forma de viajar, ya que te permite descubrir el mundo con tu mejor amigo/a, con esa persona que te anima, te quiere y potencia lo mejor de ti.
Además, estar con esa persona hace que cuando todo parece estar perdido y que el mundo se acaba… basta una mirada y unas risas para superar el momento! Para nosotros, estar tirados a las 3 de la madrugada en medio de Bolivia después de que el conductor del autobús nos hiciera bajar porque íbamos sin frenos es una anécdota más que recordaremos durante años con una sonrisa.
¿Y tú?¿Con quién te irías de viaje? Díselo compartiendo este post con él/ella!!
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