A veces, en lugares escondidos existen tesoros como los que os traemos hoy. En el interior de la provincia de Alicante se encuentra un pueblo a orillas de un pantano de aguas turquesas, nos referimos a Guadalest.
Esta población es un sitio ideal donde pasar un día en familia o con los amigos, recorriendo sus calles empedradas, visitando sus museos poco convencionales o subiendo a las ruinas de su castillo. Con una población de 217 habitantes este pueblo ha pasado de dedicarse a la agricultura a ser una de las poblaciones más turísticas de la provincia de Alicante. Está situado en el Valle de Guadalest, en el interior de la provincia y rodeado de las Sierras de Aitana, Xortá y Serrella.
Nuestra visita por Guadalest empezó con un recorrido por su casco antiguo, primero se puede ver la torre donde hay un campanario situado en lo alto de un peñón, pasamos por debajo de un arco y llegamos a la entrada del castillo. Seguimos por la calle principal y llegamos al mirador detrás de la escuela, donde se puede disfrutar de las vistas de la Sierra de Aitana y el embalse de Guadalest.
Desde aquí se puede ver la fortaleza de la Alcozaiba, del siglo XI. Fue creada por los musulmanes, pero actualmente sólo queda una torre que ha sido restaurada.
Esto fue lo que nosotros visitamos, pero en Guadalest hay mucho más. Por ejemplo, una gran variedad de museos nada tradicionales:
– Museo de Belenes y casas de muñecas.
– Museo de instrumentos de tortura.
– Museo de microminiaturas
– Museo de saleros y pimenteros.
– Museo Etnológico de Guadalest.
– Museo micrigigante y esculturas gigantes.
– Museo de vehículos históricos.
Hay para todos los gustos, ¿verdad? Desde aquí podéis consultar de qué trata cada uno, sus precios y horarios.
Desde Guadalest, a tan solo 20 minutos se encuentra otro lugar precioso que poder visitar: las Fuentes del Algar. Este bonito paraje nos ofrece numerosas cascadas y manantiales a lo largo de 1,5km por las que se puede hacer un recorrido viendo las acequias centenarias hoy todavía en uso, la presa con su cascada y por supuesto bañarse en sus refrescantes aguas a 18ºC.
La entrada cuesta 4€ y se puede pasar todo el día aquí, se puede entra picnic y también hay un restaurante. Al entrar te ponen una pulsera, por lo que se puede salir al coche si hemos dejado algo o comer en otro sitio y después volver.
Aunque el primer contacto con el agua fue de impresión por lo gélida que está, después te vas acostumbrando. Hay una zona con una plataforma para saltar, que estará a una altura de 2 metros más o menos… saltas y vuelves a subir agarrándote a una cuerda!
Al final incluso nos atrevimos a nadar hasta la cascada más grande y ponernos debajo!! Fue increíble!!
Si todavía te quedan fuerzas justo al lado de las fuentes se encuentra el DinoPark, para ir a visitarlo con los niños… Nosotros después de nuestro baño nos volvimos a casa…¡¡suficiente por un día!!
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