Un día en Praga

reloj astronomico praga

Cuando viajas, cada lugar te transmite una sensación diferente…visitas una ciudad y la pones en tu lista para volver o en cambio decides que será un lugar para no repetir. Y después hay lugares que marcan y te enamoran. Mi paso por Praga fue fugaz, sólo estuve un día durante mi recorrido por Europa en Interrail, pero fue suficiente para que al volver a España empezara a ver formas para trasladarme allí!! Viendo si podía pedir cualquier beca, permiso para poder volver y pasar allí un año…hasta este punto quedé prendada de este lugar.

Después de llegar a la República Checa y visitar la ciudad de Pilsen, nos dirigimos a su capital: Praga. Otros años había estado en ciudades tan impresionantes como Viena o Budapest, así que llegué con pocas expectativas, pensando que no me sorprendería. ¡¡Qué equivocada estaba!!

Nuestra visita empezó desde la plaza de la ciudad vieja, donde encontramos el reloj medieval más famoso del mundo: el Reloj Astronómico. Fue construido en 1490 y se encuentra situado en la torre del Ayuntamiento viejo.

Cuando el reloj marca cada hora empieza el espectáculo. Cientos de turistas se concentran frente a él para ver cómo las figuras salen, danzan y se vuelven a meter. Además, un trompetista toca una melodía desde lo alto de la torre. Un espectáculo único, aunque muy breve…tal vez esperar casi una hora al sol de agosto no merezca la pena por 60 segundos!

Después de ver el reloj volvimos a la plaza donde se iniciaba un tour gratuito. Este tipo de tours son geniales…son empresas que realizan tours por algunas de las capitales de Europa y son gratuitos, bueno, al finalizar si te ha gustado les das la voluntad. ¿Y por qué son gratuitos? La empresa se da a conocer y después ofrecen otros tours, diferentes al realizado…y si te ha gustado posiblemente quieras más!

Nuestro tour (en castellano) empezó a las 14.00h y duró 3 horas en las que nos explicaron la historia de la ciudad y pudimos ver…

La plaza de la ciudad vieja: centro del casco antiguo donde se encuentra el Ayuntamiento viejo con el Reloj Astronómico.

La iglesia de Tyn: se puede ver desde la plaza de la Ciudad Vieja, y sus dos torres están siempre visibles desde cualquier punto de la ciudad. Es el centro neurálgico de la religiosidad praguense. Su construcción se inicio en el siglo XIV y su estilo es gótico, aunque su interior es barroco. Esta iglesia se encuentra encajada en un patio entre casas, que es lo que significa «Tyn», acorralado, encerrado.

Recorriendo sus calles llegamos hasta la plaza de Wenceslao, centro de la Ciudad Nueva, donde se han suelen hacer las manifestaciones de la ciudad.A continuación vimos la torre de la Pólvora, una de las torres más famosas de la ciudad caracterizada por su color negruzco y su estilo gótico, es una de las 13 puertas originales de Praga. Como su nombre indica, se utilizó para almacenar pólvora durante el siglo XVII.

Desde aquí nos dirigimos al barrio judío, pero antes de llegar a la sinagoga Española hicimos una parada en la estatua dedicada a Franz Kafka. Está situada justo enfrente de donde vivía este prestigioso escritor checo de fama mundial. Con esta escultura se le homenajeó en el 120 aniversario de su nacimiento.

Llegamos a la Sinagoga Española, inspirada en el arte morisco de monumentos españoles, de ahí su  nombre, y también vimos la Sinagoga Vieja-Nueva con su leyenda sobre el Gólem. En este barrio también vimos por fuera su antiguo cementerio.

El tour finalizó frente al Rudolfinum, el teatro nacional de Praga. Una visita de 3 horas a pie, que puede parecer agotador, pero nos gustó tanto que decidimos continuar visitando y conociendo esta preciosa ciudad que nos encandiló.

Atravesamos el río Moldava por su famoso puente de Carlos IV, el más famoso de toda la República Checa! Es el más antiguo de la ciudad y el segundo del país. Tiene más de 500 metros de longitud decorados con 30 estatuas, y une la Ciudad Vieja con otro barrio, la Ciudad Pequeña.

Este barrio repleto de iglesias, callejuelas…tiene mucho encanto. Pero lo que realmente merece la pena es llegar hasta el castillo de Praga. Está considerado la mayor fortaleza medieval del mundo. Fue construido durante el siglo IX y en él residieron durante años los reyes de Bohemia. En su interior se alberga la catedral de San Vito.

Este templo católico es el mayor tesoro gótico de toda la República Checa, y un símbolo de la ciudad de Praga. Fue construida a lo largo de 6 siglos, empezando en 1344.

 

Desde el castillo nos dirigimos al Callejón del Oro,  una calle muy mona con once casitas de colores. Su nombre se debe a que en ellas trabajaban orfebres.

También, desde esta zona, se puede disfrutar de unas vistas inigualables de la ciudad.

Ya agotados volvimos a las orillas del río para descansar, y afortunadamente, presenciar uno de los atardeceres más bonitos de nuestras vidas. No sé si fue la historia de la ciudad, el perfil del castillo o el mismo cansancio, pero disfrutamos este atardecer desde el principio hasta que desapareció por completo el sol!!

Sólo nos faltaba una buena cena, que pudimos disfrutar en un restaurante con terraza justo detrás del Reloj Astronómico. Unas buenas cervezas y un delicioso goulash (plato típico) para cenar…y de vuelta a la estación de tren para seguir con nuestro InterRail en un tren nocturno ¡hacia Viena!

Como veis, Praga es una ciudad que ofrece muchas cosas monumentos, cultura, paisajes, historia y también gastronomía. Un día se queda corto para poder verlo todo con tranquilidad, aunque bien organizado sí te haces una idea de la ciudad. Yo recomendaría mínimo 2 días…aunque por mí, como he dicho al principio, ¡me hubiera quedado una temporada para disfrutarla! Es un lugar al que sin duda alguna, ¡volveré!

 

Actualización: Unos años después volvimos, pero para pasar 6 días descubriendo más rincones espectaculares de esta ciudad!! Más info aquí: Qué ver y hacer en Praga en 6 días.

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1 comentario

  1. Qué way! la vida me parece tan corta para ver todo lo bello de este mundo.

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